Desde principios del año 2.000 comienza a tomar fuerza la afición por la cría de gallina en la finca de la Hacienda El Chozo, sólo con la única intención de abastecer de huevos y carne a la despensa familiar. Productos éstos de excelente calidad ya que los animales se mantienen en un régimen de plena libertad, por lo que la calidad de sus productos se diferenciaba con creces a los del mercado convencional.
Con el paso del tiempo, se observó que los ejemplares que se adquirían en el mercado eran animales destinado a vivir en jaulas, no en libertad. En este sentido, al contactar con hortelanos, agricultores o ganaderos y vecinos de las huertas de Medina Sidonia, fue naciendo la curiosidad por la crianza de la gallina andaluza de campo, la que siempre ha existido en régimen de plena libertad en los campos y cortijos de nuestra tierra. Así pues, poco a poco se va adquiriendo conocimientos e información y se profundiza en el saber de la gente del campo sobre la crianza de este tipo de aves. De ahí que se llegue a la conclusión de que fue a partir de los años sesenta cuando se produce un gran desarrollo en la avicultura industrial y con ello la introducción de una gran cantidad de híbridos industriales muy especializados en la producción de carne o huevos. De este modo, los criadores, basándose en criterios puramente mercantilistas, como son el producir una mayor cantidad de huevos o carne a menores costos y con más alto beneficio, dejan a un lado la calidad y vuelven la espalda a las razas de gallinas españolas, poniéndolas en serio peligro de desaparición. Si se comparan los híbridos industriales con nuestras gallinas autóctonas, es evidente que éstas últimas son las mejor adaptadas a las condiciones del medio rural y, frente a ellas, dichos híbridos industriales presentan una serie de desventajas: necesitan una alimentación específica a base de piensos compuestos para el engorde artificial, tienen menor resistencia a las enfermedades por lo que requieren mayor tratamiento con sustancias o fármacos preventivos, también son más frágiles ante los cambios bruscos del clima, carecen del temperamento y porte de nuestras gallinas o, como consecuencia de su alimentación y condiciones de cría, es menor la calidad de la carne y de los huevos, y por si esto fuera poco, existen razones de peso para fomentar la conservación de nuestras gallinas autóctonas:
A. Razones económicas: La gallina autóctona es una reserva genética de primer orden y su cruzamiento con los híbridos industriales hace que estos mejoren sobremanera en su adaptación al medio y ante las desventajas anteriormente apuntadas.
B. Razones científicas: Las razas autóctonas tienen un gran valor científico, pues son las que presentan mejores adaptaciones al clima de cada región y poseen, además, un rico material genético.
C. Razones culturales: Las gallinas autóctonas son parte de nuestro patrimonio cultural y natural, pues siempre han estado unidas a la evolución del hombre en el devenir de los siglos. Son muchos los juegos, refranes, dichos o tradiciones orales y escritas en los que aparecen. Su presencia en nuestros campos y cortijos es un signo inequívoco del paisaje rural y con su desaparición, también desaparece un importante trozo de la cultura andaluza.
D. Razones ecológicas y medio ambientales: Paradójicamente, el único animal doméstico tan cercano a nosotros que está en peligro de desaparecer de los cortijos y granjas de nuestra tierra. La mecanización e industrialización excesiva también ha llegado al sector agrícola y ganadero, y desgraciadamente se está dejando de lado a unos animales cuyo eco, frente a los animales salvajes y las campañas lanzadas en favor de su protección, es prácticamente nulo en los medios de comunicación. Afortunadamente el negro panorama que se divisaba en el horizonte de nuestras gallinas autóctonas va poco a poco despejándose, sobre todo por el creciente y enorme interés que entre los muchos aficionados a la avicultura va tomando el asunto en cuestión. La consecuencia inmediata es que de un tiempo a esta parte las exposiciones avícolas registran una mayor afluencia de ejemplares de nuestras razas autóctonas, y su difusión está contribuyendo decisivamente a que una mayor cantidad de gente las conozca y se identifique con ellas.
Después de todo esto, es cuando en la Hacienda El Chozo nace el cambio de enfoque dado en un principio al gallinero existente, transformándolo en un centro de cría de gallos y gallinas autóctona andaluza, conocida también como la gallina sureña, en todas sus diversas y variadas plumas (negra, perdiz, azul, franciscana, morucha, armiñada, etc…). Se comienza a tener contactos con criadores de gallina sureña en la localidades cercanas donde se va teniendo conocimiento de la existencia de otras personas con estas mismas inquietudes en los campos de los municipios de Villamartín, Bolonia (Tarifa), Alcalá de los Gazules, Arcos de la Frontera, Chipiona, Olvera, Sanlúcar de Barrameda, Jerez de la Frontera, etc. y de otras provincias (Utrera en Sevilla y Álora en Málaga). Todos ellos, preocupados por el riesgo en el que se encuentra esta raza autóctona, la cual está en peligro de extinción debido a la invasión de razas hibridas de engorde y ponedoras de otras zonas regiones o países, ha promovido en los últimos años el nacimiento de varias asociaciones de criadores en Andalucía.
En definitiva, la labor de cría que en estos últimos años se está llevando a cabo en el criadero de gallos y gallinas sureñas “El Chozo” ha llegado a conseguir la recuperación, selección e reintroducción de magníficos ejemplares en las huertas, haciendas y cortijos de los campos de Medina Sidonia y de otras localidades de la provincia, donando lotes de reproductores (1 gallo con 4 gallinas) de manera gratuita y altruista a personas verdaderamente interesadas en ello, convirtiéndose actualmente en el único centro de reproducción y mejora de la razas de gallina autóctona en todas sus variedades de plumas en Medina Sidonia, cuyo reconocimiento está siendo confirmado por los excelentes resultados obtenidos por sus animales en las distintas ferias y exposiciones de aves en las que han participado.
En general, la situación actual de la raza es de claro retroceso, en gran medida motivado por la incertidumbre que ha provocado la enfermedad de la gripe aviar entre los criadores de la raza. Si bien, entidades como el INIA (Instituto Nacional de Investigación y Tecnológica Agraria y Alimentaria del Ministerio de Ciencia e Innovación) inició las labores para su conservación, así como de caracterización productiva y morfológica. Actualmente la Diputación de Córdoba, también se ha sumado a esa iniciativa e igualmente está desarrollando un programa de conservación que se espera repercuta positivamente en el fomento y la puesta en valor de la raza. Por ello, en estos momentos, se está consiguiendo que muchas de las fincas rústicas de la zona cuenten con importantes grupos de la raza sureña y ello ha sido favorecido por el entusiasmo de los colaboradores y aficionados. También, las instituciones como la Diputación Provincial de Cádiz y la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía están mostrando mucho interés en el tema, y tanto los aficionados a la avicultura como el mercado no dejan de demandar animales que produzcan carne y huevos de calidad criados en nuestra tierra con métodos tradicionales y ecológicos. La experiencia de recuperación de una especie en peligro de extinción ha dejado de ser una frase vacía para pasar a ser una actividad gratificante y posible.
Por último, podemos confirmar que el Criadero de Gallos y Gallinas Sureñas “El Chozo” ha alcanzado el patrimonio genético propio de esta granja, convirtiéndose actualmente en el único centro de reproducción y mejora de la razas de gallos y gallinas sureñas en todas sus variedades de plumas en Medina Sidonia, cuyo reconocimiento está siendo confirmado por los excelentes resultados obtenidos por sus ejemplares en las distintas ferias y exposiciones de aves en las que ha participado.