Es sabido por todos que la rusticidad, adaptación al medio o fortaleza física de la sureña es una característica propia de la raza, es una seña de identidad, como lo es también la cría en extensivo, a campo abierto, en plena libertad. Con una estructura ósea ligera pero muy fuerte, le permite correr y subirse a las ramas más altas de los árboles con suma facilidad, donde duermen en cualquier época del año, haga frío, calor o lluvia. Esta adaptabilidad al medio la hace muy resistente a las enfermedades.
Estos días, en la mayor parte de Andalucía, se han registrado altas temperaturas a consecuencia de una ola de calor. Estas temperaturas tan altas afectan al comportamiento de nuestras aves de manera extraordinaria, pero dada esa adaptabilidad al medio en el que viven desde hace miles de años, la sureña ha aprendido a resistir y se ha acostumbrado a soportar estos brotes de altas temperaturas, tan normales en épocas veraniegas en nuestros campos.
Observando su comportamiento durante estos días, en los que los termómetros han marcado en torno a los 40ºC, el corral ha adoptado un cambio en su comportamiento para aliviar la calor, se observa un aspecto de calma absoluta. Apenas se ocasionan peleas por el dominio de la jerarquía o del territorio, no hay alboroto, todo está en absoluta calma. Parece que no quieren gastar energías. Guardan esas reservas para sofocar el asfixiante calor, buscan el fresco que les proporciona la sombra de las higueras, los viejos granados o el gran moral donde permanecen cobijadas todo el día. Ahí se mantienen quietos, de manera estoica, imperturbables, para no malgastar las fuerzas y soportar el estrés térmico al que se encuentran sometidas. Cuando el calor se hace sofocante y arrecia el sol, comienzan a adoptar una actitud corporal de apertura de alas, las ahuecan y las dejan caer hacia abajo para que el aire rebaje la temperatura corporal y se refrigeren. Permanecen con el pico abierto y mantienen una respiración jadeante y agitada. Beben mucha agua, como así se observa en la bajada del nivel en el antiguo lebrillo que tenemos instalado bajo una gran higuera. Ha sido sorprendente ver en estos días cómo, a la fresca de la tarde, siendo las 7 o las 8 de la tarde, los termómetros oscilaban alrededor de los 37 y 38ºC como podéis ver en las fotos que os dejo a continuación.
Para ayudarles a superar el sufrimiento que le produce este estado de estrés térmico agudo y aliviarles el sofoco que ello le provoca, que en determinados casos pueden acabar en la muerte del animal, debemos garantizarle agua limpia y fresca, colocándoles los bebederos a la sombra y renovándoselos con frecuencia para evitar que beban agua caliente, que facilita la propagación de bacterias. De igual manera actuaremos con los comederos. Las instalaciones deberán estar bien ventiladas y aprovecharemos la presencia de árboles de buena sombra como la higuera o el moral.
Os dejamos unas imágenes del estado en el que se encontraban las aves en estos días de intenso calor.
Para ayudarles a superar el sufrimiento que le produce este estado de estrés térmico agudo y aliviarles el sofoco que ello le provoca, que en determinados casos pueden acabar en la muerte del animal, debemos garantizarle agua limpia y fresca, colocándoles los bebederos a la sombra y renovándoselos con frecuencia para evitar que beban agua caliente, que facilita la propagación de bacterias. De igual manera actuaremos con los comederos. Las instalaciones deberán estar bien ventiladas y aprovecharemos la presencia de árboles de buena sombra como la higuera o el moral.
Os dejamos unas imágenes del estado en el que se encontraban las aves en estos días de intenso calor.
A las 7 de la tarde del día 7 de julio, con la fresquita, ésta era la marca del termómetro a la sombra. |
Para comparar la marca del termómetro digital, usamos uno convencional y una hora más tarde confirmaba el dato. |
Temperatura máxima marcada a lo largo del día en el corral el día 8 de Julio |
No hay comentarios:
Publicar un comentario